La asertividad no es solo una palabra que está de moda desde hace mucho tiempo. Es una cualidad que cada vez es más demandada por parte de las empresas. Pertenece a una de las cosas que más destacan en las Soft Skills y que es de muchísima utilidad para comunicarse bien con las personas.
Esta habilidad social nos permite defender nuestros derechos y convicciones sin la intención de herir a los demás, e incluso sin hacerlo. En una negociación o en una situación difícil, nos ayuda a evitar conflictos o a resolverlos. La asertividad, junto con la escucha activa y la empatía, impulsan nuestra Inteligencia Emocional.
Las técnicas de Inteligencia Emocional y Programación Neurolingüística son necesarias para gestionar situaciones como en las que hay un conflicto de intereses, quieres expresar tu disconformidad a la dirección o cuando no se llega a un acuerdo dentro de una negociación (entre otras muchas).
Reconocer un conflicto para saber cómo solucionarlo
Antes que nada hay que detectar el conflicto. Si te encuentras dentro de él y ni siquiera sabes que lo estás, ¿cómo vas a decidir qué decisión tomar? A veces nos dejamos llevar por emociones como la ira o el miedo, y no logramos ver soluciones.
Este aspecto es el primero que se aprende en el curso de Conversaciones difíciles y resolución de conflictos.
Después, aprendemos mediante la práctica (como no podía ser de otra manera) a prepararnos ante conversaciones complicadas y personas conflictivas, desarrollando cualidades como la escucha activa, la empatía y nuestra querida asertividad.