Es evidente que el entorno en el que nos movemos ha cambiado. Estamos ya en un Entorno 4.0. Una economía global en donde las distancias y los tiempos se estrechan, los ciclos de vida de los productos y servicios son cada vez más cortos, cada cliente se convierte en el centro de la actividad, las decisiones se han de tomar cada vez en menos tiempo, las relaciones jerárquicas cambian por relaciones colaborativas y lo digital cobra cada vez más importancia en todos los ámbitos de la actividad económica y social.
La historia está plagada de empresas que han sucumbido por no haber sabido digerir las nuevas condiciones que el mercado impone consecuencia de los cambios tecnológicos, pero también de casos de éxito de otras empresas en las que se destaca la capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias, incorporando nuevos elementos que, en principio, no tenían cabida en el modelo inicial.
Para dar respuesta a este Entorno 4.0 y garantizar la supervivencia y el crecimiento futuro de las empresas es imprescindible embarcarse en un proceso de Transformación que abarque todas las áreas de la organización e imbuir la Creatividad, la Innovación y el Intraemprendimiento como conceptos dentro del ADN de las compañías.
La Metodología “Design Thinking” se ha convertido en una pieza clave para abordar este cambio, ya que permite explotar la creatividad de los equipos y así dar respuesta a los retos a los que nos enfrentamos.
Es una metodología para generar ideas innovadoras que centra su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios, teniendo en cuenta la realidad de lo «factible»
Proviene de la forma en la que trabajan los diseñadores de producto. De ahí su nombre, que en español se traduce de forma literal como «Pensamiento de Diseño” o «La forma en la que piensan los diseñadores”
Se empezó a desarrollar de forma teórica en la Universidad de Stanford en California (EEUU) a partir de los años 70
Su primera aplicabilidad con fines lucrativos como «Design Thinking» la llevó a cabo la consultoría de diseño IDEO, siendo hoy en día su principal precursora.
Al ser un gran generador de innovación, se puede aplicar a cualquier campo, desde el desarrollo de productos o servicios hasta la mejora de procesos o la definición de modelos de negocio. Su aplicabilidad tiene como límites nuestra propia imaginación
Consta de 5 fases:
- Empatizar con el usuario final. Se trata de sentir como él, conocer qué piensa, qué ve, qué oye, qué le molesta, qué le agrada.
- Definir aquellas necesidades que hemos detectado en el cliente y cuales vamos a abordar.
- Idear la solución, compartiendo ideas. Imaginación al poder, o el poder de la Imaginación.
- Prototipar la solución como método para visualizar cómo el cliente la usaría.
- Testar la viabilidad del prototipo y confirmar la aceptación por parte del cliente, o detectar aspectos a mejorar.
Design Thinking, al contrario que otras metodologías, no es lineal. Es decir, podemos saltar fases adelante y atrás, en función de lo que vamos aprendiendo. El resultado final probablemente superará las expectativas.